La túnica de los disciplinantes en España.



Martínez Montañés viendo la salida de Pasión.

Llegan estas prácticas religiosas hasta nosotros, a través de los reinos de Castilla, con la presencia de los franciscanos, ya asentados en Andalucía. Las epidemias, la falta de alimentos, las guerras con su gran demografía son caldo de cultivo para estos actos penitenciales, que fomentados por los grandes predicadores de la época, como San Vicente Ferrer en el año 1410, o San Juan de Avila en el año 1527, y que junto a los Vía-Crucis realizados por San Alvaro de Córdoba, en el año 1420, y el de D. Fabrique Enrique de Ribera, en el año 1521 en la Capital hispalense da origen, a estas agrupaciones de fieles, que a modo de rogativas, y expiación de sus culpas formaran los citados cortejos.
Cuadro de D.Antonio Perez Rubio 1866

Utilizaban las personas participantes en ellos, para su penitencia pública, y para no ser identificados, amplios ropajes y sin ceñir, la denominación hopa, preludio de la actual túnica penitencial, y cubrían su rostro y cabeza con una especie de antifaz, cubrerostro o capirote, conocido por capuz, atuendo estos utilizados por los portadores de féretros de la época.

Extraido del Artículo "Los Cortejos" de D. Antonio Armario Muñoz
Lámina de Don Quijote y los Disciplinantes